4 de junio de 2023 (casi me había olvidado)

Han pasado muchas cosas en dos años, o las he hecho pasar. Algunos me dicen que es porque estoy vivo, yo pienso que es que no tengo otra forma de vivir. Quizás hay gente que hace más que yo, o que hace cosas diferentes que puede que no se noten tanto (siempre relativamente). Al final, se puede decir que hay algún absoluto después de todo porque nos permite ese teórico absoluto para compararnos, decir que algo es relativo, o que algo se mueve relativamente respecto a otro algo es porque siempre podremos situar un nuevo absoluto: vida, física y filosofía al mismo tiempo.

14 de Agosto de 2021 ¡He vuelto! Tras un año…

Una prueba de la no existencia del destino es su confusión con la causalidad. En general la gente cuando ve la relación causa-efecto piensa que ha habido un destino, pero eso es una ilusión. Somos incapaces de controlar todas las causas que existen en nuestras existencia y no existe ninguna matriz consciente externa a nosotros que pueda controlarlos porque…son infinitos. Cuando las cosas han pasado, todo el mundo piensa que ha habido un destino, y en realidad nuestras acciones y muchísimos factores que no controlamos han sido los artífices. Por lo tanto, no voy a buscar un destino, no puedo, pero sí buscaré todo lo que puedo hacer y todo lo que en realidad somos y podemos ser.

Lunes, 20 de julio de 2020

Experimento nº 1:
No es fácil clavar un cuchillo y que perforé piel y músculo para que mate a alguien, sin olvidar que esté suficientemente afilado para eso, no es sencillo proponérselo y mucho menos escoger el momento más idóneo (sin testigos, con coartada, limpiamente, en silencio, etcétera). Hay que estudiar el lugar de incisión para que o bien sea todo muy rápido y no grite o el dolor lo ahogue y tampoco grite. Pero ¡Ah! He aquí que si queremos que se percate de nuestra ira, del merecido fin que le teníamos preparado, no podemos ser tan funcionales, tan profesionales, hay que ponerle algo de sentimiento (maligno por supuesto) y entre sus gemidos y gritos, remarcarle el fin esperado. Finalmente, me vería obligado a buscar un cómplice que me eche una mano, una mano que le tape la boca o que avise de la cercanía de cualquier eventual intruso. No querría tener que matar a un testigo inesperado. Eso sería imperdonable, me quiero limitar a quien realmente se le está destinado este fin.
NOTA: …es literatura (por si acaso).

Miércoles, 8 de julio de 2020

Cuando no te quedas en una época, ni en un lugar, ni quizás, cuando toque, en un cuerpo, entonces es que te has convertido en una idea, un concepto, una información. Pero si os fijáis, todos recambiamos nuestros átomos en un intervalo de entre 20 y 30 años, por lo que en realidad somos eso: un montón de información e interacciones que gestionan la materia. Estaría bien que nos enterásemos de una vez y acabar así con las ideas equivocadas de nación, raza, pueblo, país, estado, patria, terruño… Eso con lo que le gusta jugar tanto a los políticos.

Viernes, 26 de junio de 2020 ¿?

Cuando empezó todo esto, sentí rabia contra todos, contra este mundo, esta sociedad. Esto no ha sido una casualidad, no ha sido un accidente. Es algo que ha sido si no urdido,  una flagrante negligencia, lo hemos dejado fermentar, hemos permitido que se soltara como una bestia indeseada en medio de la inocencia de muchos de nosotros, en medio de mentes que deseaban florecer. Siento rabia por que hayamos dejado que ocurra, por los que han mirado a otra parte, por los que siguen tomándose a cachondeo como nos están gestionando con virus, sin virus, con 5G y en 3D, con lo políticamente correcto, con el pensamiento positivo y con los mantras como «el cuidate» y el lenguaje inclusivo, mientras nos olvidamos de Palestina, los rohingya, la lucha obrera y en tener hijos, plantar árboles y escribir libros. Ojalá podamos sin miedo volver a graznar con fuerzas «‘¡Iros a la mierda, cabrones! Y mientras tanto les mostraré el dedo a todos los capullos que van a comprar momentos de vida al centro comercial.

Martes, 9 de junio de 2020.

Ha muerto Pau Donés. Es como ver morir una parte de mi historia, arrancó cuando aún yo era joven y ya ha desaparecido. No es que sea un idólatra y siga a cantantes y artistas como gurús (cosa que hace demasiada gente) pero su temprana desaparición como la de otros son hitos de que este mundo cambia demasiado rápido para dejarle nada fijo al ser humano y convertirlo en lo que lo están convirtiendo: en un cretino.

Jueves, 29 de mayo de 2020

La paradoja, la antítesis, aparece como esencia de la propia vida. Al negarme a hacer algo (a crear en este caso) me abro a otra cosa. Cuando me niego a irme es que me estoy quedando y cuando me niego a estarme en un lugar es que he de moverme. El no en algo es un sí en otra cosa, así como me negué a crear he de acceder a revisar y corregir. Eso al fin y al cabo, es también vida y por esa regla de tres al negar nuestra movilidad, podemos acceder a un mundo interior y cuando nos negarnos a seguir a unos podemos seguir siendo nosotros y al decir no, siempre solemos dar argumentos por otras cosas que son nuestro sí. Sí, los damos y así descubrimos que detrás de un no, hay un sí en otra dimensión. No me malinterpretéis en una sola dimensión o linea de argumento, No sigue siendo No. Y sí estamos de acuerdo.

Viernes, 8 de mayo de 2020

¿Es que solo se pueden tener esperanza en un colapso total para que esto cambie de una vez? ¿Es que solo se puede esperar un apocalipsis para que surja un mundo nuevo? ¿O quizás no fuera más que el camino para algo mucho peor? Quizás en esos momentos es cuando haya que ser realmente fuerte y oponerse, combatir sin piedad a esa oscuridad que hay en la humanidad, en nuestro ser, en nuestro egoísmo, pero…¿Cuándo será ese momento?

Sábado. 2 de mayo de 2020 (en medio o en alguna parte de la crisis)

¿Y por qué no creo? Porque el ser humano crea principalmente cuando puede aprender, aprende cuando puede interaccionar, interacciona cuando cambia y se mueve, contacta, escucha a otros su voz como su propia respiración. Todo eso, si no imposible, se ha hecho difícil. Por otra parte, tanto los que trabajan (por ese sucedáneo llamado teletrabajo) como los que no trabajan (sumidos en una desgracia preanunciada) sólo nos queda una rutina de cuartel y una gimnasia de internado, una monotonía de películas y series, que no acaban comentadas en un bar, o de una retahíla de decretos y censuras que no acaban protestadas en la calle. Por eso, por ese NO de todo, no puedo crear. Pues ni siquiera podemos decirnos, por esa vida de fin de semana y día tonto tras noche de insomnio, que tengamos una vida de supervivencia. Ni eso nos queda ya. Ni expresar la duda de todo, pues ya se encargan los agentes del establishment, tus queridos vecinos y compañeros, de que no estás ayudando ni siendo positivo. Crimen postmoderno imperdonable que merece según sea tu comunidad, el más terrible de los ostracismos. Ya nos hacen parecer que nuestra vida sea así, un ostracismo autoimpuesto, pues la mayoría no quiere renacer a algo nuevo sino volver a «aquello» (a aquel ataúd de capitalismo) que tenía antes. Entonces ¿Cómo puedo crear si finalmente esta sociedad parece que no quiere nada nuevo?